El modelo de coemergencia (Cayoun, 2011)
Es un modelo basado en la teoría moderna del aprendizaje, en la fenomenología de la meditación y en los principios del Mindfulness. Es una conceptualización integrada de cómo mente y materia «coemergen» para generar una experiencia.
De manera resumida este modelo expone que los estímulos se perciben consciente o subconscientemente a través de los sentidos. Y son conceptualizados de acuerdo a las creencias y categorías formadas previamente en las experiencias pasadas, en el estilo de personalidad, en las necesidades, valores o expectativas de un sujeto. Y eso da lugar a la emergencia de sensaciones físicas ante las que probablemente reaccionaremos con una respuesta aprendida cuando alcanzan determinado nivel de intensidad.
Fenomenología de los cuatro componentes funcionales
Percepción sensorial
Los órganos sensoriales captan los estímulos externos del entorno así como estímulos internos (los pensamientos o las sensaciones físicas) y traducen esos impulsos neuronales en olores, sabores, sonidos, tactos e imágenes visuales.
Los expertos en percepción han investigados abundantemente sobre los cinco sentidos clásicos, pero en el modelo de coemergencia destaca dos habilidades perceptivas que se desarrollan durante la meditación Mindfulness y que vendrían a ser como un sexto y séptimo sentido:
- La introspección metacognitiva (Teasdale, 1999) que nos permite saber cuando un pensamiento se manifiesta.
- La interocepción, que nos permite sentir sensaciones físicas. Sensaciones como el hambre, el frío o el dolor se procesan a través capacidades sensoriales interoceptivas básicas que son las de masa, temperatura, movimiento y cohesión.
Evaluación
Al repetirla se va automatizando de acuerdo a nuestras experiencias pasadas, permitiendo un juicio rápido y una categorización de acuerdo a nuestros esquemas, nuestros deseos, miedos y expectativas.
La evaluación de un estímulo actual va a producirse de manera «implicacional», de acuerdo a todo nuestro bagaje vivencial y experiencial. Tiene especial importancia en esta evaluación los esquemas infantiles tempranos, las vivencias infantiles constituidas por un conjunto de pensamientos, emociones y sensaciones adquiridos en los primeros años de la vida.